miércoles, 17 de enero de 2018

Mi historia sobre violencia machista- Masu Mayer

Cuando sientes que no puedes más, LUCHA!
RECUERDA que no estas sola, estamos juntas en esta lucha, y se sale...
Entonces te encuentras a tí misma, y lo mejor pasa.

miércoles, 22 de marzo de 2017

Canción de empoderamiento.


Para mí una de las mejores canciones que describe parte de mi malestar durante mi relación y después el empoderamiento y bienestar que he conseguido en el proceso de superarlo.
Sin duda me quedo con esta frase de la canción:

Y AHORA TIENE GANAS DE DEVORAR EL MUNDO,
DE SER LIBRE, DE REIRSE Y DEMOSTRAR QUE ES ALGO MÁS...

Poema a la violencia de género.

Mírame, soy una mujer con ilusiones y sueños
Dame caricias y besos, no golpes y desprecios.
Ya me cansé, quiero ser libre para decidir,
para salir de este tormento que me mata por dentro.
Escúchame, paso de celos, no quiero vivir en una jaula
Llena de miedos.
Hace ya tiempo que me lamento.
Yo no quiero esto, toda mujer merece respeto.
Mírame, yo valgo más que todo eso

Una historia más.

Hace 4 días me enteré de que tras el último juicio, segundo que llevo hecho en menos de 3 meses, han absuelto a mi agresor. Mi agresor… que mal suena cuando te lo dicen, ¿Verdad?, creo que es la palabra más utilizada en este tema, agresor. Espero que vosotras, mujeres “maltratadas” (y lo pongo entre comillas porque entiendo cuando a ratos no lo sentís así), entendáis como yo lo mucho que duele escuchar que le digan eso a alguien que ha sido tan bueno contigo, se ha preocupado porque no llegaras tarde a casa, por si tus amigos eran buena influencia… pero eh, se me olvidaba, todo esto por su propio interés, o digamos curiosidad.
Hice una denuncia de violencia de género por parte de mi ex pareja, en la que añadí insultos, agarres de cuello… nada nuevo que contar. Ocho meses, son los que él no se puede acercar a mí, por una orden de alejamiento, todo salió tan bien en el juicio… él lo admitió y fin, si él lo admite es que se da por vencido, por pillado. ADMITIR, ha dicho y se ha dado cuenta de lo que ha hecho mal y no debe volver a hacer. Tonta de mí… pobre de mí y de las que creemos eso.
Un mes más tarde se presenta en mi instituto, en el cual lo conocí y del que se fue porque no quiso terminar el curso, instituto del que sabe todos los horarios, las puertas que se abren para salir y entrar y por consecuencia a qué hora entramos y por donde. El primer día se presenta en el parque dónde nos sentamos todos los recreos, dónde había estado su primo poco antes y me había visto. Llamemos a su presencia casualidad, queridísimo juez, llamémoslo despiste, queridísimo abogado. No hice nada al respecto. Un mes y un día más tarde, ya no estaba en el parque, sino en la puerta a las 12, horario de entrada, me avisaron y no subí, digamos precaución por las repetidas advertencias de mis padres de que no me acerque. Miedo, ansiedad, eso es lo que sientes cuando te dicen que está allí, en el lugar en el que tú quieres tranquilidad, y sobre todo normalidad, algo que añoras en estos momentos como el aire para respirar.
Dígame usted, jueza, cuáles son los sentimientos de cada uno de los dos: Agresor y víctima, al enterarse de que el acusado queda absuelto cuando la información lleva a la evidencia. Y después de averiguarlo, vuelva a mirar el caso, tan detenidamente hasta que sienta lo que yo llevo sintiendo tanto tiempo. ¿Actuaria igual si fuese su hija, señora jueza?
Se le da tanta importancia a la denuncia que pensamos que todo va a estar a tu favor y va a ser muy fácil, pero como le dije a una compañera de mi grupo tras mi primera denuncia y la orden de alejamiento, cuando ella no sabía si denunciar o no: no es fácil, vas a llorar tanto… pero te vas a sentir tan segura… hazlo, vale la pena. Ahora, tras mi segunda denuncia y su resultado, no doy crédito de mis palabras.
NO VALE LA PENA LARGAS TARDES DE LLANTO POR UNA INJUSTICIA.

sábado, 11 de febrero de 2017

ME DIJERON...

Me dijeron:
No te pongas ese vestido tan corto.
Y después violaron a una mujer cuando llevaba sus vaqueros favoritos.

Me dijeron:
No te quedes hasta muy tarde.
Después arrancaron la ropa y tocaron los pechos de una chica a plena luz del día en unas fiestas populares.

Me dijeron:
No viajes sola por la noche.
Y después violaron y mataron de día a dos mujeres, cuando descubrían el mundo, acompañadas la una de la otra.

Me dijeron:
No cojas el transporte público por la noche.
Luego manosearon a una chica en el metro, sin que nadie hiciera nada, de camino a la universidad.

Me dijeron:
Pídele a algún amigo que te acompañe a casa.
Y luego señalaron y llamaron calientapollas a una chica cuando lo hizo.

Me dijeron:
No sonrias a extraños.
Y luego gritaron borde, puta y quiéntecreesqueeres a una mujer por pasar de largo.

Me dijeron:
No bebas mucho.
Y después pusieron droga a una chica en su bebida.

Me dijeron:
Ten siempre el teléfono a mano.
Y luego una mujer recibió ese mensaje en ese mismo teléfono con un video de todas los cosas que le habían hecho la noche anterior.

Me dijeron:
Vuelve por calles iluminadas.
Y aún así violaron a una chica en su portal.

Me dijeron:
No vayas con desconocidos.
Y luego una mujer fue violada por un amigo, una pareja o un familiar.

Me dijeron:
Escríbeme cuando llegues.
Luego nadie la creyó.

Me dijeron:
Denuncia.
Y después le preguntaron qué llevaba puesto, cuánto bebió y por qué se fue con él.


Me dijeron. Me dijeron. Me dijeron.
Ten cuidado, ten cuidado, ten cuidado.
Lo tuve. Lo tengo. Lo tendré.

Hice todo lo que me dijeron.
Ahora expliqueme qué es lo que hice mal.

Estoy de acuerdo: no todos los hombres sois así.
Pero entiéndelo tú.
A todas las mujeres nos pasa. A todas nosotras.
A mi madre. A mí. A mi hija. A mi amiga. Y a mi compañera de trabajo.
A tu madre. A tu mujer. A tu hija.
A todas las mujeres..

¿Lo empiezas a entender?
No me digas a mí lo que tengo que hacer.

Díselo a ellos.

Enséñales consentimiento.
Enséñales que NO significa NO.
Enséñales respeto.
Enséñales que las mujeres no somos un juguete, ni un objeto, ni una propiedad.
Enséñales a ser responsables.
Enséñales a no violar.

A veces me pregunto si nos odiáis.
A veces me pregunto por qué nos odiáis.
De forma lógica. De forma emocional. Diciendo. Preguntando. Rogando.
Lo hemos intentado todo.

Ya no sé qué más decirte.
Ya no sé cómo explicarlo.
Ya no sé como pedirlo.
Qué coño queda por hacer.
No queda nada.
Excepto dolor.
Y rabia.

- Vitika Roy, 2017.